Un ser humano solo, libre, con la única compañía de la naturaleza, ¿cómo se desarrollaría?; ¿crecería de forma distinta a las bestias salvajes, o como una más de ellas?; ¿es la sociedad el aspecto fundamental de que cada uno de nosotros seamos como somos?.
Ejemplos claros y que dan que pensar se pueden ver a lo largo de la historia. En la revista “Muy Interesante” del mes de septiembre, se entresacan los más destacados:
El niño-lobo de Hesse.- Lo encontraron en 1344 en Alemania, cuando tenía 7 años de edad, cuatro de ellos vividos en un hoyo con una manada de lobos. Con el tiempo, logró integrarse a la sociedad humana.
Peter de Hannover.- Tenía 13 años cuando apareció en Alemania, en 1724. Había sido abandonado en un bosque por su padre. Tras su rescate, Peter vivió 68 años integrado en la sociedad. Nunca aprendió a hablar, pero descubrió un intenso placer por la música.
Víctor de Aveyron.- Fue hallado en Francia en 1799, y se erige como el niño salvaje más conocido. Vivió aislado en la naturaleza hasta los 11 años. Falleció en 1828 tras haber perdido muchos rasgos selváticos, si bien no logró aprender a utilizar correctamente el lenguaje.
Kaspar.- Un hombre lo encerró en un zulo y así pasó su infancia hasta que fue descubierto en 1828. Tenía 16 años. El joven alemán fue víctima de dos intentos de asesinato, el segundo de los cuales acabó con su vida cinco años después de ser liberado.
Kamala y Amala.- Estas dos niñas indias de 2 y 8 años respectivamente, fueron criadas por lobos. Aparecieron en 1920. Amala enfermó y falleció pocos meses después de su hallazgo. La mayor sobrevivió ocho años tras haberse integrado en la sociedad. Asistieron horrorizadas al asesinato de su madre loba, rematada a flechazos cuando luchaba contra el rapto de su camada. No se repusieron nunca.
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Genie.- En 1970, el mundo se estremeció con el caso de esta niña de 13 años californiana. Su niñez había transcurrido entre las paredes de un cuarto donde su padre la había condenado a subsistir atada a una silla. Cuando la liberaron, andaba con mucha dificultad, era insensible al frío y al calor (cosa que compartía con casi todos los niños antes mencionados), no hablaba y se masturbaba sin parar. Sus ojos nunca habían percibido objetos a más de tres metros de distancia, con lo que había perdido la capacidad de ver a mayores distancias. Fue entregada a los servicios sociales donde experimentó un fuerte despertar mental, llegando con el tiempo incluso a utilizar el lenguaje.
Pero con sus matices, sí que casi todos presentaban ciertos comportamientos coincidentes: la ya mencionada insensibilidad al frío y el calor, no tenían sentido del pudor, ni reían ni lloraban, presentaban fuertes ataques de ira, no hablaban pero en cambio tenían el oído y el olfato enormemente desarrollados, y no eran sociables con las personas, pero sí con los animales.
¿Qué diferencia a los seres humanos de las bestias?. Nosotros podemos hablar, pero no llegamos a hacerlo solos. Podemos comportarnos civilizadamente, crear, apreciar cosas bellas que un animal irracional no puede... pero si crecemos junto a ellos, ya no somos tan diferentes. El ser humano (como cualquier especie, pero en mucho mayor grado), es el resultado de la vida que le tocó vivir. Una misma persona no se desarrolla igual naciendo una familia o en otra, con unos hermanos u otros, o en una ciudad u otra... somos moldeables, manipulables y no tan racionales como nos creemos. Con todo esto la pregunta es: ¿Cuál es nuestra esencia?.
5 comentarios:
La verdad es que es una pregunta interesante, pero de muy difícil respuesta. Pero se sabe de sobra que la evolución de una criatura humana depende en gran medida del ambiente que le rodea, más que de la genética propiamente dicha. Bien es sabido que en la infancia es cuando existe mayor facilidad para aprender las habilidades básicas de nuestra especie, lo cual determinará nuestra capacidad de comunicarnos y relacionarnos con los demás a medida que crecemos y nos hacemos mayores.
Hay estudios publicados sobre estos casos y seguramente todos y cada uno de ellos habrán sacado conclusiones parecidas al respecto.
Interesantísimo post.
¿Cual es nuestra esencia?.
Buena pregunta, pero no creo que haya un comentario lo suficientemente largo para responder a eso.
Me has puesto a cavilar, joío.
Mery Jane: Esa es la cuestión, Mery. Toda especie tiene una esencia, y la del ser humano, como ser complejo que es, la tiene variable, escondida o difusa.... dependemos tanto de lo que nos marca la vida que nos toca vivir, los seres que nos rodean al nacer y crecer, y los acontecimientos que nos toque vivir, que una Mery Jane con las circunstancias que te rodearon, puede no tener nada que ver con una Mery Jane nacida en una fabela, o una Mery Jane criada por una manada de lobos al nacer.
Un lobo es un lobo, aquí y en pernambuco, tratandolo bien o dejándolo a su aire. Tarde o temprano su esencia gana y se comporta como tal. Un ser humano no... la cosa es difícil.
Fiebre:
Ante todo, muchas gracias por visitar mi humilde blog. Es un placer contar contigo por aquí. Halagado también por considerar interesante su contenido y por hacerte cavilar... ese era su objetivo, jeje. Saludos.
Ya lo dijo Ramón y Cajal: "El hombre es un ser social cuya inteligencia exige para excitarse el rumor de la colmena".
Eso del "ser social", que viene ya de la Ilustración francesa, es la clave; de ahí que un especimen de homo sapiens, aislado de sus congéneres, sin poder "fabricar" ninguna relación social entre iguales (recordemos: el Hombre es el único animal consciente de su propia existencia. Un lobo, no.), acabe adquiriendo aspectos de la "protosociedad" de la manada/familia/animal que le ha acogido.
La esencia del ser humano se divide en dos, en mi opinión seguramente alejada de la Verdad:
1.- El aumento progresivo del cerebro del homo sapiens a lo largo del paleolítico. La capacidad craneal, en centímetros cúbicos, varía actualmente entre los 1.300-1.700 cc. Nuestros predecesores, salvo quizá el neanderthal, no alcanzaron esos límites de capacidad, con lo cual su cerebro digamos que no tenía "espacio" para desarrollarse. Esto es de 1º de carrera y lo recuerdo con mucho cariño.
y 2º.- La Evolución con mayúsculas, fruto en gran parte del anterior punto.
En ambos radica esa "esencia", pienso yo. Gracias a ello tenemos el arte, la ciencia, la espiritualidad, las relaciones sociales... Gracias a ello no aullamos cuando vemos la luna (algunos), y gracias a ello, podemos escribir en blogs.
Buen tema.
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